He de marcharme.
La ciudad ha sido sitiada por el tráfico.
Descubro en tu ausencia escaleras que desciendo,
descubro en tu ausencia tu rostro olvidado.
Mis manos retienen un poco de tus manos
Y perdura en mis ojos la desnudez de un cuerpo.
¿Cómo fue que escapaste, cómo pudiste?
Ayer mientras corría
las cruces, las aduanas,
Estuve maldiciendo tu luz que descubría
tu impúdico esplendor como si fuese un fruto.
Seguí viviendo allí mientras todo fue ausencia
seguí queriendo allí mientras tu sangre era
era un Matorral, una amenaza, una limosna.
Era una verdad
no la pude detener.
Tus manos fueron las lluvias que anegaban campos.
Tu sexo era la flora que lo ocultaba todo.
martes, 7 de abril de 2009
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4 comentarios:
guauu, que buen poeta eres.
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