miércoles, 10 de febrero de 2010

Señor Presidente:

Quiero ser su informante universitario número 1.

Denuncio que no me gusta su personalidad y estoy en desacuerdo con sus políticas. No se si usted es para o narco, o amigo de paras y narcos; pero se bien que su gobierno alimentó y protegió a la peor calaña de asesinos y corruptos que ha visto este país, que argumentando la búsqueda del bienestar social no ha hecho si no favorecer a los privilegiados, que jugó con la democracia haciéndose legítimo a través de acciones ilegítimas. Que le regaló el país a sus ministros y que éstos se lo vendieron barato a sus amigos.

Denuncio que considero que usted no debería gobernar ninguna nación, que usted representa todo lo que odio de mi patria y de la palabra de patria. No me gusta la guerrilla y tampoco usted me gusta. No me gusta ni Chávez, ni Fidel, ni las FARC, y tampoco me gusta la forma en la que usted cuestiona a las personas que tratan de hacer lo correcto y proteger los derechos humanos.

Denuncio que me parece justo que algunos jóvenes quieran pintar una pared y repartir panfletos que expongan la indignación sienten por lo que ocurre.
Que comprendo que alguien salga encapuchado a pronunciar discursos en la universidad porque siente miedo de lo que pueda suceder si da la cara.
Denuncio también que, en estos momentos, me parece justo que alguien tire una piedra contra sus antimotines.

Denuncio que yo hablo con mis amigos en voz alta de lo mucho que usted, sus partidarios y su familia me repugnan. No quiero tener que desconfiar de mis amigos.

Denuncio porque no quiero que nadie gane dinero por hacerlo, porque no quiero que los universitarios descubran que la falta de escrúpulos es lo único que puede asegurarnos la subsistencia en el país que usted gobierna.

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