martes, 11 de marzo de 2008

SALIENDO DEL CINE





NO COUNTRY FOR OLD MEN

Cuando se habla de arte, un premio pocas veces es indicador de la calidad de un producto. Casi siempre los premios son un síntoma del sesgo ideológico o la tendencia de consumo imperante en el momento. En pocas ocasiones llegan a ser verdaderos reconocimientos a los aportes culturales de una obra.
Las decisiones de los jurados de los premios para el cine son suceptibles al cuestionamiento, pero no son condenables. En su lugar, debería ser escandaloso que los criticos cinematográficos elogien con grandilocuencia a una producción con pretenciones artísticas, cuando las virtudes de ésta radiquen, casi exclusivamente, en su acoplo a los cánones del cine de consumo.

Las reseñas escritas por conocidos críticos de cine del país, muestran su unanimidad para calificar a la película No Country For Old Men como una película que vale mucho más que los premios que ha conseguido, haciendo referencias y alabanzas a la calidad del cine independiente norteamericano. Es cierto que la película goza de una impecabilidad narrativa y visual, pero esto no la hace estar a la talla de las grandes cintas que han hecho ganar prestigio a esta corriente cinematográfica.

El termino Cine Independiente es controvertido, quizá tanto como el termino Cine Arte. En un principio fue una denominación aplicable a aquellas cintas producidas en Estados Unidos que estaban fuera de las grandes productoras. El término se volvió difuso con el florecimiento de la industria del cine de terror y los westerns basados en pequeñas productoras y en bajos presupuestos. Después, mucho después de diluirse como epíteto diferenciador, surgió como corriente artística, aproximadamente en los años 90; y a esta corriente debemos valiosas películas con temas y miradas que no podían ser planteados bajo la censura y las normas narrativas del cine comercial. Por esto se ha usado últimamente el término Cine Independiente como sinónimo de calidad artística y argumentativa.

En la cinta No country for old men la historia está excelentemente contada, el defecto principal es la historia; y bien que podamos entretenernos viendo escenas sangrientas, pero la sola violencia progresiva no constituye un argumento valioso y no es recomendable para alguien que busque el cine un placer cultural y no un entretenimiento. La historia gira en torno a un asesino y los asesinatos son la historia misma. Los personajes poco originales y sus reflexiones forzadas nos acercan de una manera irreconciliable a los clichés del cine comercial.

El buen cine está mucho mas allá, en otro lugar. Es esta una película para las masas que quieren creer que están viendo algo distinto mientras sólo ven sangre en la pantalla. No se puede tolerar que nuestros críticos sigan construyendo una cultura de apreciación basada en la celebración de la violencia estética.

1 comentario:

Juan Camilo dijo...

Don felipe, no me sorprende su agudeza a la hora de pensar el cine y lo que gira en su entorno. Usted ya es un escritor y puede escribir de lo que piense. claro, eso no lo alejoa de sus demonios, que entre uno más claro es, ellos más tenebrosos y osucros. Mijo, un abrazo