Indefenso me proscribo entre las líneas escritas,
Las trazo y trato de atrapar pájaros, pero ni una pluma me he ganado:
Una araña muerta, una hoja seca, un grillo aterrado, un nuevo año.
Sigo esperando la hora en que una caricia rompa la trampa.
Me han creído muerto.
Los cuervos llegaron y enterraron sus cuchillos;
dejando desnudos mis huesos:
papel en blanco en el que escribo,
Papel en blanco que aprovecho con la última luz que contengo.
he Olvidado respirar, ya no hay nada que anule el tambor de la sístole y la diástole.
Escribo hasta en el último pedazo de mis huesos.
Luego olvido qué escribí,
Y me dedico a contemplar en el nacimiento de un minuto
y cómo su tórax se atasca en mi esperanza.
Sólo de hambre, de sed y de ausencia esta hecho el hombre.
Que otra cosa puedo escribir sino de lo que estoy hecho, me digo,
afilo mi navaja
y te escribo:
“Sobre todo, además de todo, quiero que no me olvides”
"Una vez caminé por tus calles.
Andaba buscando algo viejo: una hoja seca, una semilla, un grillo.
De repente: tú.
Se rompieron las redes, mi rostro cayó y se quebró en el suelo,
Tan solo fui el eco de un silencio".
domingo, 8 de febrero de 2009
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3 comentarios:
Trampa 1: Me he imaginado la sangre fría, congelada en cubitos que hacen un destemplado ruido al tacto con mis manos secas, desafecta, anestesia y vuelve muda la melodía de los apasionados.
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